sábado, 28 de agosto de 2010

Es de a-Noche

Miremoslon al revés, por las dudas que contagie.
Ciertos cuentos mágicos suelen despojarse de su esencia. Perdón, la gastan. La degradan, la consumen, se dejan persuadir por ella de manera tal que, en una presunta cantidad de palabras, abandonan su característico encanto originario.
Y eso sucede con mi historial poético; la hechicería letrada que corrompe el maná de las nubes, y solo causa pequeños y casuales destellos de impresión.
Éste es uno de esos diminutos chispazos, que anhelo sea suficiente para dejar oler el grito de mis ojos.
En su momento, tu amistosa afirmación acerca de "la bruma que posa en mis jardines", habíame estimado una paternal sensación de guardián. Sin embargo, hoy noto que, caso singular al desgaste de los cuentos mágicos, esta bruma se esta apoderando de los habitáculos de mi hogar.
Porque es así. La noche tempanosa y nublada por la mal dicha neblina del ausente viento que deja tu voz, amargada como lo es un mate sin tu ceba u oscurecida como la sombra del árbol al que no te posas, y agria como una cepa des arraigada de su tierra natal ... ella es quien me haya infeliz, saboreando esta salada, solitaria y profeta lágrima de la soledad. Mas abrazado a la ausencia que dejas en lo mas mio.
TEX TRAÑO.

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