lunes, 8 de noviembre de 2010

Ejercicio de aproximación

Más allá del mundo hay dragones -decían los antiguos cartógrafos- y entonces sabíamos que no teníamos que alejarnos demasiado.
Pero no sé si por saber que el mundo es redondo o por haber dejado de creer en los dragones... estamos viviendo muy lejos uno del otro.
Decís "...Yo estoy todo el tiempo a tu lado, ¿no lo sentís?"
Debería responderte que sí.
Pero no. No lo siento.
Al principio tal vez,... de algún modo, cerrando fuerte los ojos y con muchísima imaginación...
O poniendo tus cartas bajo mis sábanas.
Pero ahora no puedo.
No me alcanza el recuerdo.
ME HACES FALTA.
Tus manos, tibias, recias, lentas en las caricias.
Tus ojos achinados, tus ojos precipicios, tus ojos devorándome.
Tu boca: suaves besos, interminables, hondos.
Me haces falta.
Tu abrazo conteniéndome.
Tu abrazo convirtiéndome en un ramo de rosas, un canasto de frutas, un arroyo nocturno reflejando la luna, una jaula de oro que ha soltado los pájaros...
El recuerdo es hermoso.
Pero a mí, no me basta.
Te necesito aquí, en realidad, no en sueños ni en fotos ni en imágenes.
Presente. Cuerpo y alma. Tangible. Mío.
No me alcanza tu voz llegando por el teléfono, haciéndome temblar.
Y no entiendo razones.
Ya no me importan cuales son los sagrados motivos de tu ausencia.
No me interesa el porqué de la distancia ni las explicaciones de todo lo que nos sigue separando.
Porque en amores las razones sobran y lo único que vale es la presencia.
No me hagas esperar, ese castigo no lo merezco: la espera es como un anticipo de la muerte.
Si hubo un momento de mi vida que he querido vivir desesperadamente, es justamente éste: por vos, por lo que significa quererte y que me quieras. Porque nunca me he sentido tan escandalosamente viva, tan irremediablemente insomne, motivada, despierta.
Quiero ser feliz.
¿Te parece una exageración?
¿No se puede amar y al mismo tiempo ser feliz?
¿Hay que elegir: una cosa o la otra?
Elijo todo.
Tu amor, tus ojos, tus manos tibias, tu voz envolviéndome, tu cuerpo cercano, mis ganas, tu locura, los dos compartiéndonos, teniéndonos, incendiándonos, mirándonos, volando entre los ángeles que bailan en el aire, siendo parte del canto que nace de los árboles, hojas verde de álamo, hojas de roble rojo, pedacitos de espejo, hierba que el viento mueve, olor a flor de tilo, avenidas interminables de tilos florecidos.
¿Alguna vez fuimos tan felices?
¿Alguna vez amamos como ahora?
Nunca, nunca, nunca jamás.
¿...Y como nada puede ser perfecto tenemos que pasarnos tanto tiempo separados, extrañándonos, desesperados, solos, solos, solos, vos allá, yo acá, solos, solos, solos, ay, tan solos?
Estoy dibujando tu barba con mi dedo en la superficie de la mesa.
Tu atrevido pelo largo.
Tus ojos achinándose al mirarme, como si quisieran atraparme y tenerme encerrada...
Estoy dibujándote con lágrimas.
Con mis lágrimas.
Y también con tus lágrimas.
Paso mi mano despacito, te borro, te hundo en mi palma... te bebo, tan salado...
Todavía hay que esperar.
Debo esforzarme para que la espera no sea un anticipo de la muerte, sino, un ejercicio de aproximación.
Pero te digo que más allá del mundo hay dragones; que regreses, que vengas pronto, YA.

Poldy Bird.

1 comentario:

  1. Carli, si podés agregale el nombre del autor a las transcripciones, porque sino me olvido de quién es cada cosa.
    Éste ejercicio de aproximación es de Poldy, no?

    Ese pequeño favor te pido :D

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